Alfonsina Storni-Mujeres que revolucionaron la literatura
Hoy les voy a hablar sobre una escritora y poetisa Suiza que me apasiona mucho. Ella es Alfonsina Storni, nacida en Sala Capriasca el 29 de mayo de 1982, la cual paso a ocupar un lugar destacado en la literatura hispanoamericana por la fuerza en que aparece en sus versos la afirmación de una mirada feminista sobre el mundo. Además conformó la primera avanzadilla en la lucha de las mujeres por ocupar lugares de reconocimiento en los espacios de la literatura de américa.
Sus padres eran dueños de una cervecería en San Juan, al regresar a su país de origen deciden que allí nacería Alfonsina y en 1986 regresan a Argentina. A principios del siglo XX se mudan a Rosario en Santa Fe, en donde su madre pone una escuela domiciliaria y su padre un café, donde Alfonsina comienza a trabajar como camarera, pero como este trabajo no le gusta se independiza y consigue otro trabajo como actriz. Esto la lleva a recorrer el país como parte de una gira teatral.
También ejerció como profesora en diferentes escuelas y comenzó a escribir sus obras y poemas durante este período y a publicarlas en revistas locales pero a sus 20 años se queda embarazada fruto de una relación con un hombre casado y decide continuar sola con su embarazo y mudarse a Bs.As con Alejandro, su hijo, para iniciar una nueva vida. Ser madre soltera la hizo enfrentarse a una vida llena de prejuicios hacia las mujeres, muchos provenientes de ellas mismas que rechazaban sus versos por inmorales. Alfonsina tuvo una vida llena de obstáculos que pudo superar solo gracias a su libertad y enorme sensibilidad. Su prosa es original, muy fascinante y sobre todo feminista. Padeció cáncer de mama durante gran parte de su vida, lo que la llevo a tener una gran depresión y posteriormente a suicidarse en el balneario La Perla de Mar del Plata. Personalmente es una escritora que siempre me fascinó y gustó muchísimo, el hecho de tener que asumir el rol de madre soltera para aquella época no era para nada poco, y creo que eso también la hizo entender el estado de las mujeres en la sociedad, privadas de su libertad en muchos aspectos, ocultas y calladas, en este caso por esta situación mal vista, juzgadas y muchas otras cosas que el sistema patriarcal impone. Su forma de escribir es original, cada uno de sus versos refleja los momentos y las vivencias de su vida más importantes, muchas de ellas muy dolorosas. Pero esas experiencias, su dolor y sus momentos más duros la convirtieron en lo que fue, una excelente mujer y escritora, que obtuvo todos y cada uno de sus logros por esfuerzo propio, sin depender ni necesitar de nadie. Les dejo aquí abajo mi poema favorito.
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.
Sus padres eran dueños de una cervecería en San Juan, al regresar a su país de origen deciden que allí nacería Alfonsina y en 1986 regresan a Argentina. A principios del siglo XX se mudan a Rosario en Santa Fe, en donde su madre pone una escuela domiciliaria y su padre un café, donde Alfonsina comienza a trabajar como camarera, pero como este trabajo no le gusta se independiza y consigue otro trabajo como actriz. Esto la lleva a recorrer el país como parte de una gira teatral.
También ejerció como profesora en diferentes escuelas y comenzó a escribir sus obras y poemas durante este período y a publicarlas en revistas locales pero a sus 20 años se queda embarazada fruto de una relación con un hombre casado y decide continuar sola con su embarazo y mudarse a Bs.As con Alejandro, su hijo, para iniciar una nueva vida. Ser madre soltera la hizo enfrentarse a una vida llena de prejuicios hacia las mujeres, muchos provenientes de ellas mismas que rechazaban sus versos por inmorales. Alfonsina tuvo una vida llena de obstáculos que pudo superar solo gracias a su libertad y enorme sensibilidad. Su prosa es original, muy fascinante y sobre todo feminista. Padeció cáncer de mama durante gran parte de su vida, lo que la llevo a tener una gran depresión y posteriormente a suicidarse en el balneario La Perla de Mar del Plata. Personalmente es una escritora que siempre me fascinó y gustó muchísimo, el hecho de tener que asumir el rol de madre soltera para aquella época no era para nada poco, y creo que eso también la hizo entender el estado de las mujeres en la sociedad, privadas de su libertad en muchos aspectos, ocultas y calladas, en este caso por esta situación mal vista, juzgadas y muchas otras cosas que el sistema patriarcal impone. Su forma de escribir es original, cada uno de sus versos refleja los momentos y las vivencias de su vida más importantes, muchas de ellas muy dolorosas. Pero esas experiencias, su dolor y sus momentos más duros la convirtieron en lo que fue, una excelente mujer y escritora, que obtuvo todos y cada uno de sus logros por esfuerzo propio, sin depender ni necesitar de nadie. Les dejo aquí abajo mi poema favorito.
DOLOR
Quisiera esta tarde divina de octubrepasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.
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